Ejecutor 14
Ejecutor 14 propone un viaje hacia el paisaje interior de un hombre común vuelto verdugo. Un hombre que ha perdido los últimos rastros de lo que lo hacía humano. Al menos que esa reconstitución de los hechos que permite el teatro, ese compartir con el espectador, le pueda devolver su humanidad y permitirle encontrar la paz. Y es justamente esa reconstitución, ese acto de confesión y de fragilidad compartido que pretende develar esta puesta en escena, en la que un actor le da vida a ese hombre común, nutrido por los superhéroes de su infancia, los sueños de grandeza, la inocencia, el amor…hasta que un día todo se derrumbe y se hunde irremediablemente en un mar de sangre, de tristeza y desolación. Una puesta en escena esencialmente basada en este sencillo y sin embargo tan profundo “acto de reconstitución”. Nada de artificio, nada de parafernalia teatral. Sólo un actor, una mesa en un interior saqueado por la Guerra, y aquellos que vinieron a escuchar su historia. Un actor prestando su cuerpo y su voz a un hombre para volver a vivir esa transformación esperando encontrar, quizás, la inocencia perdida y el recuerdo de lo que nos hacía humanos.